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Analizando el agua de las albercas y la NOM-245-SSA1-2010

Complazca tanto a los sentidos como a las normas. Clima cálido, agua templada, un fondo azul con un arreglo de mosaicos diversos y una sensación placentera mientras uno desciende por los escalones... una alberca provee suficientes experiencias sensoriales como para olvidar por un momento los detalles finos e intelectuales de ponerse a pensar “¿qué tiene el agua de las albercas?”.

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Pues bien, alejados del hotel o del club, sentados frente al monitor en la oficina y desprovistos de esas distracciones, nos encontramos dispuestos a ver con ojo analítico lo que contiene una alberca en su agua, máxime si usted es el encargado y recibe la visita inesperada de un inspector de gobierno queriendo tomar una muestra del “agua de contacto” para ver si cumple con la norma regulatoria al respecto, que para nuestro caso es la NOM-245-SSA1-2010.

Piscina turbia
¿Buscando la salida?

Mirar hasta el fondo

Nada invita más a introducirse a la alberca que el poder ver nítidamente en el fondo el patrón de sombras y luces que hace la superficie del agua; de la misma manera, nada desalienta más que ir encaminado hacia la alberca y presenciar un aspecto blanquecino y lechoso no muy diferente al del agua que sale de la lavadora. Evitar que el agua se enturbie ya es prioridad inmediata de cualquiera que esté a cargo de una piscina, y la norma también incluye la turbiedad como criterio de aceptación.

Para ir más allá de la subjetividad de la vista, este parámetro se mide con un nefelómetro especializado y se expresa como unidades nefelométricas de turbiedad contra un estándar definido. De esa manera, se pueden detectar problemas inminentes de turbiedad antes de que sean demasiado obvios y actuar para prevenirlo.

Las turbiedad es un síntoma general que puede tener causas diversas: entre otros, la precipitación de sales de calcio o una proliferación súbita de bacterias.

Con los microorganismos hasta el cuello

Luego del aspecto, la otra cuestión que no tarda en llegar a la mente de los bañistas es si hay microorganismos patógenos en el agua. La norma mexicana los vigila mediante dos parámetros: uno es el sospechoso usual que se analiza como indicador - los coliformes fecales. Los otros microorganismos bajo vigilancia son las amebas. Normalmente asociadas con infecciones del aparato digestivo, los géneros bajo la lupa en este caso, Acanthamoeba y Naegleria, son monitoreados porque pueden causar infecciones en el sistema nervioso. Su ambiente natural son los cuerpos de agua cálidos y residen naturalmente en los sedimentos, por lo que durante el muestreo se raspa la pared de la alberca y se recolectan junto con el agua adyacente.

Además de estos patógenos, también pueden proliferar algas que le dan al agua un color verdoso y una sensación pegajosa. Como en otros ámbitos, el cloro es el reactivo de elección para garantizar la calidad microbiológica del agua.

Cloro: Edición Albercas

Muchas consideraciones relativas al tratamiento de aguas residuales siguen aplicando aquí, como la pérdida por evaporación y por rayos UV; además, en las albercas es particularmente importante el concepto de cloro libre, combinado y total. Con el uso, el agua de la alberca adquiere productos nitrogenados como urea y al reaccionar con éstos el cloro formará cloraminas. El cloro continúa reaccionando con las cloraminas hasta consumirlas completamente, y durante este proceso pasa por diversas formas:

Diagrama de cloro

¿Qué diferencia hace el cloro libre y el combinado?

El cloro libre mantiene un poder desinfectante aceptable mientras la monocloramina tiene una capacidad de desinfección reducida. Peor aún: junto a las otras cloraminas irritan los ojos y mucosas, dan un olor penetrante que comúnmente se confunde con “el olor a cloro” y no se volatilizan fácilmente, de manera que puede llegar a pensar que el nivel de cloro es aceptable por el olor y la irritación cuando en realidad su capacidad desinfectante es pobre porque está presente como cloro combinado. Por este motivo resulta útil medir ambos tipos de cloro; normalmente existen en el mercado kits para cloro libre y cloro total y el cloro combinado puede estimarse restando.

Si hay una cantidad alta de cloro combinado en la alberca, la solución directa es agregar más cloro. Eventualmente el cloro termina de reaccionar con las cloraminas hasta producir el mismo ion cloruro de la sal común y nitrógeno gaseoso que escapa a la atmósfera. Esta es la práctica que se conoce como el “choque de cloro”.

El cloro tiende a degradarse con la radiación ultravioleta, lo que es un problema para las albercas sin techar. El ácido cianúrico se combina con el cloro en una forma que resiste la luz solar y que lo libera conforme vaya reaccionando. Se puede agregar al agua solo o como ácido tricloroisocianúrico (TCCA) para proveer tanto el cloro como el ácido cianúrico. El nivel añadido de ácido cianúrico debe permanecer controlado, ya que en exceso puede ocasionar un gasto mayor de cloro y además es un parámetro regulado por norma.

Piscina turbia
Evite problemas de corrosión o sarro

La trinidad pH - carbonatos - calcio

Cuando el pH sale de cierto rango el agua comienza a ser irritante. Aunque este ya es motivo suficiente para mantener el pH bajo monitoreo y control, también hay más química de por medio: en el agua hay tres componentes principales que determinan la capacidad del agua de generar incrustaciones y turbiedad o corroer el concreto y las partes metálicas: el equilibrio entre iones hidronio (H3O+) y hidroxilo (OH-) englobado por el pH; los carbonatos y el calcio.

Los carbonatos hacen un papel doble en el agua: por un lado, pueden reaccionar tanto como ácido o base y al hacerlo amortiguan los cambios de pH que puede inducir el agua de lluvia o el cloro añadido; por el otro, pueden favorecer la formación de incrustaciones de carbonato de calcio. Los carbonatos suelen medirse de forma indirecta como alcalinidad.

Demasiado calcio puede generar incrustaciones y demasiado poco (un agua blanda) hace que el agua empiece a corroer el concreto, las juntas entre viñetas y las partes metálicas. El calcio suele medirse como dureza total o dureza del calcio (el magnesio es el otro aportador principal de dureza).

Junto con la temperatura, el pH, la alcalinidad y el calcio se combinan para calcular el índice de Langelier, un número que cuando se aleja mucho del cero, indica la tendencia del agua de incrustar y enturbiar o de corroer. Una consecuencia inesperada del agua con tendencia corrosiva es el fenómeno del cabello verde: al contacto de ornamentos de bronce o tubería de cobre con esta agua se liberan iones de cobre al agua. Un bañista incauto que salga de nadar con el cabello mojado y se toma una ducha experimentará la precipitación de sulfato de cobre de color verdoso a la hora de aplicarse champú, ya que el pH de éste suele ser alto y el sulfato es ion común en el agua. Aunque este efecto puede ser llamativo, no es nocivo y tampoco es irreversible.

Sólidos y sales

Uno puede preguntarse a dónde van a parar los productos añadidos al agua: el cloruro, el sodio, calcio, ácido cianúrico, etc. y la respuesta es simple: a ningún lado. Permanecen en el agua indefinidamente, por lo que la concentración de todos ellos aumenta con el tiempo. Un efecto característico del agua “vieja” de las albercas es un sabor salado. Para evaluar este efecto de acumulación de sales disueltas, se mide el parámetro de sólidos disueltos totales (en los medidores lo encontrará como TDS, de total dissolved solids); sin embargo, su interpretación no debe ser demasiado literal:

  • La medición estricta de sólidos disueltos totales involucra pasar un volumen de muestra por un filtro a vacío, ponerlo a secar en el horno en un recipiente tarado y medir el peso del residuo seco. Esto es impráctico para el propietario de alberca general que carece de un laboratorio completo; por lo tanto, la medición de sólidos totales se hace indirectamente por medio de la conductividad eléctrica de la muestra, que puede medirse instantáneamente con un aparato de mano. La conversión de conductividad a sólidos disueltos se basa en el uso de coeficientes empíricos.

  • El parámetro de sólidos disueltos totales es un parámetro agregado: usted puede encontrar que sus sólidos disueltos son altos, pero no sabrá a priori cuál sustancia en específico está de más.

No hay un límite máximo establecido de común acuerdo para los sólidos disueltos totales. A valores muy altos, el agua puede adquirir un sabor salado y pueden presentarse problemas de turbiedad recurrentes; si desea disminuirlos, necesitará renovar parte del agua.

Piscina turbia

Microlab industrial realiza análisis del agua de albercas tanto para evaluar la conformidad con la norma y para fines de diagnóstico o control. Ya sea para evitar irritación de los ojos, prevenir enfermedades o evitar un tinte imprevisto en el cabello, la química de las albercas es un aspecto a cuidar. Con una atención constante sin llegar a ser exhaustiva, puede sumergirse en el agua, nadar y despreocuparse.

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